Por el despliegue militar masivo frente al palacio de gobierno, hay 17 personas detenidas, entre ellas el excomandante general del Ejército, Juan José Zúñiga.
El presidente boliviano, Luis Arce, rechazó el jueves los señalamientos de que conocía los planes militares del intento fallido de golpe en Bolivia, que sumió al país el día anterior por varias horas en la incertidumbre y dejó 17 detenidos y 15 heridos.
“Para nada. Nunca estuvimos informados sobre el movimiento de tropa que hizo Zúñiga, yo quedé sorprendido”, respondió el mandatario el jueves en su primera aparición pública tras lo sucedido.
Por el despliegue militar masivo frente al palacio de gobierno, hay 17 personas detenidas, entre ellas el excomandante general del Ejército, Juan José Zúñiga.
Arce seguró que el mando militar, destituido el mismo miércoles, “actuó por cuenta propia” y recalcó que él no es “un político que se va a ganar popularidad con la sangre del pueblo”. Insistió en que el ambiente en el país ya ha vuelto a la normalidad y que, pese a las diferencias internas en el oficialismo, Evo Morales es un “compañero”.
Sobre Zúñiga, apuntó que tenía apetitos personales para movilizar a los militares contra el gobierno. “Él me dijo que no iba a acatar mi instrucción de replegar a la tropa. Estaba incumplimiento órdenes que le di como capitán general de las Fuerzas Armadas. Eso no puede ser una planificación de autogolpe”, recalcó.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, confirmó más temprano la detención de 17 personas, en su mayoría militares y un civil, y los presentó como promotores del fallido golpe militar en contra del presidente Arce.
El procurador general de Bolivia, César Siles, dijo que Zúñiga y los detenidos son investigados por alzamiento armado, seducción de tropa y atentado contra la infraestructura del Estado y que de las investigaciones se pueden desprender otros delitos. Se exponen a penas de 15 o más años de cárcel.
Según el ministro, los detenidos actuaron bajo la orden el general Zúñiga, considerado el líder de la revuelta que no prosperó por falta de apoyo de sectores de las Fuerzas Armadas, según dijo más temprano el ministro de Defensa, Edmundo Novillo.
Junto a Zúñiga, también fue detenido y destituido la víspera el vicealmirante de la Armada Juan Arnez, como otro de los principales responsables del intento fallido de golpe que, según el presidente Arce, dejó 14 heridos. Varias de ellas, indicó, necesitaron ser intervenidas quirúrgicamente.
“Este grupo criminal planificó el golpe desde mayo”, dijo Del Castillo en rueda de prensa.
FALTA DE RESPUESTA MILITAR
En su comparecencia de la tarde del jueves, Arce también mencionó la falta de respuesta de la cúpula militar en cuanto se detectó el despliegue de uniformados en torno al palacio de gobierno. “Intentamos comunicarnos con Zúñiga, ninguno de los tres comandantes respondió las llamadas para pedir explicaciones sobre el movimientos de tropa. Llamé en persona al comandante del Ejército y no recibí respuesta”.
También indicó que el comandante de la policía le informó que Zúñiga le había convocado para unirse al intento de golpe, pero que se negó a participar.
“¿Qué le espera a Zúñiga, eso lo dirá la justicia y las investigaciones”, subrayó Arce. “Hubo dos reuniones donde se preparó ejecutar el plan. No solo estaban involucrados militares… Jubilados del Ejército y personal civil y eso queremos investigar”.
Entre los aprehendidos, el ministro Del Castillo ya había mencionado en la mañana que un civil, identificado cono Aníbal Aguilar Gómez, fue uno de los presuntos “ideólogos” de la movilización militar. Además, que estaban buscando a tres uniformados más en servicio pasivo.
Al medio día del jueves cientos de simpatizantes del gobierno se habían apostado en la principal ruta que une La Paz con la vecina ciudad de El Alto para bloquearla. En el resto del país no se reportaron protestas.
No obstante, las actividades del comercio, la banca, las estaciones de venta de combustible y los colegios se desarrollaban con normalidad.
Por su parte, el cabecilla de la acción militar, el general del Ejercito Juan José Zúñiga, y una decena de mandos militares continuaban en celdas policiales a la espera de ser imputados por el delito de alzamiento armado.
Pero en las calles todavía parecía flotar la duda sobre lo ocurrido la tarde del miércoles cuando al mando de tanques y soldados armados Zúñiga tomó por asalto el palacio presidencial en La Paz en lo que el gobierno llamó un “fallido golpe de Estado”.
Antes de ser arrestado por la policía en puertas del principal cuartel de las Fuerzas Armadas en La Paz, Zúñiga dijo a los medios que el propio presidente Arce la había encargado “hacer algo” para levantar su popularidad, afectada por una crisis económica, fuertes disputas en el partido gobernante y un creciente clima de malestar social.
El expresidente Evo Morales, enfrentado a Arce por el liderazgo del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), se mantuvo en silencio el jueves, pero dirigentes leales al exmandatario calificaron de “golpe planificado” y señalaron como “autores intelectuales al presidente (Arce) y al vicepresidente» David Choquehuanca, dijo Gerardo García, un dirigente del MAS leal a Morales. “Este presidente no sabe cómo subir su imagen”, agregó en una rueda de prensa.
UNA MALA GESTIÓN
“La gestión del presidente (Arce) es mala. Lo que ocurrió con los militares le servirá para levantar su imagen, pero no será suficiente. La gente quiere respuestas que el gobierno no está dando”, dijo el profesor de Ciencia Política Paul Coca.
Varios ministros del presidente Arce, entre ellos María Nela Prado, ministra de la Presidencia y su brazo derecho, rechazaron las versiones de Zúñiga de un supuesto autogolpe. “Buscaban descabezar al gobierno y atentar contra el mandatario”, dijo la ministra al final de la agitada jornada del miércoles.
El jueves Arce estaba reunido con sus ministros en la casa de gobierno.
El levantamiento militar se produjo en un difícil momento para el mandatario. La crisis económica y la escasez de combustible y otros bienes han afectado la popularidad de Arce, que a su vez perdió gobernabilidad en la Asamblea Legislativa después de que el MAS quedó dividido por su disputa política con Morales. Ambos líderes han manifestado su intención de postularse por el partido gobernante para las elecciones presidenciales de 2025.