“Dacamentada” de Staten Island le pone el pecho a Trump con su restaurante

Más de 21,000 beneficiarios de DACA en NY temen que el mandatario intente quitarles el beneficio, pero empresarios como Sarahi Marquez, seguirán luchando

“San Jerónimo Restaurant” es un restaurante y una panadería de Staten Island que en los últimos años se ha ido haciendo cada vez más conocida entre vecinos de Port Richmond, quienes sagradamente lo visitan para disfrutar de las delicias que allí preparan. Las delicias siguen siendo las mismas, pero desde finales de enero menos clientes acuden al lugar.

El ambiente de fiesta, diversión y tranquilidad que solía respirarse en ese local, adornado con motivos propios de la cultura mexicana, ha cambiado un poco desde que el presidente Donald Trump asumió el poder. Así lo confiesa Sarahi Marquez, una de los más de 21,000 neoyorquinos beneficiarios de DACA, la protección diferida otorgada desde 2012 a inmigrantes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad.

Y es que las acciones provenientes de la Casa Blanca, que no solo están dirigidas hacia inmigrantes sin papeles, a quienes amenazan con deportaciones masivas, sino también hacia aquellos que no cuentan con un estatus migratorio definido, como residentes o ciudadanos, tiene espantada a buena parte de la clientela de “San Jerónimo Restaurant” y a trabajadores del lugar.

“Tenemos ahorita mucho miedo. Estamos tratando de ser valientes y ver qué pasa, pero hay mucho temor y ansiedad entre los clientes y los casi 20 empleados que tenemos, al no saber bien qué va a suceder”, afirma la empresaria, de 32 años, quien gracias a la protección de DACA pudo hacer realidad su sueño de abrir su propio negocio, contribuir a la economía de la Ciudad y dar empleo a varios trabajadores. “Hace unos días tenía a una cocinera que tenía miedo de llegar a su casa, aquí en Staten Island, porque en redes sociales hubo un rumor de que ICE estuvo cerca del ferry, y no supimos si era verdad o un chisme”.

La “Dacamentada”, quien tras cruzarse por Arizona junto a sus padres, hace 26 años, llegó a Staten Island, cuando apenas tenía 6 años, reveló con preocupación que las intenciones de la administración Trump con las comunidades inmigrantes tienen a clientes hispanos del sector y a empleados, comiéndose las uñas y con el corazón latiendo a mil. De hecho, hace tres semanas hubo un incidente en el restaurante que aumentó esa sensación, del que todavía no tiene plena claridad lo que ocurrió y tampoco sabe si se trató de un operativo del NYPD por cuestiones penales o si fue un posible acto de colaboración con “la migra”.

“La policía vino al restaurante. Entraron, y sin preguntar nada, se llevaron a un músico que hacía como siete meses, a veces venía aquí a cantar un par de canciones, recogía su dinero y se iba. Ese día ni alcanzó a cantar. Estaba poniendo sus cosas y armando su equipo con una guitarra, cuando los policías, sin saludar ni decir nada, entraron a la sala principal, lo agarraron, lo detuvieron y afuera le quitaron todo y le pusieron las esposas”, comenta la mexicana, originaria de Puebla.

“Todos nos quedamos congelados. Estábamos en shock. había como 10 empleados entre meseros y cocineros, pero nadie se movió. Cuando estaban afuera los policías, yo salí de inmediato y me quedé parada. Me vieron con cara como de ‘qué quieres’, ‘qué haces aquí’. Les dije que era la dueña y que acababan de entrar a mi negocio y que quería saber que estaba pasando”, dijo la empresaria. “Me dijeron que lo habían arrestado porque tenía una fecha de corte y no se presentó. Me dio miedo preguntar más, porque no quería que encontraran motivo para arrestarme a mí. Yo tengo DACA y no me puedo involucrar en nada que me ponga en riesgo”.

La propietaria de “San Jerónimo Restaurant” agregó que no supo nada más del músico, a quien describió como un cantante mexicano, de unos 40 años, que interpretaba canciones de José José y rock en español, pero no ocultó su inquietud de que pudiera haberse tratado de una acción de colaboración entre la policía y autoridades federales, que debido al estatus de la Gran Manzana de Ciudad Santuario, no están permitidas.

“Sabemos que en otros estados están dándose casos de ayuda entre la policía e inmigración y posiblemente aquí también sea cierto, aunque salió un comunicado donde decían que no están supuestos a ayudar”, dijo la beneficiaria de DACA. “Sabemos que una cosa es lo que no debe pasar y otra es la realidad, por eso le pido al Alcalde que sea considerado con lo que está sucediendo con las comunidades, porque no solo va a impactarlo a él sino a todos nosotros, ya que esta es una ciudad de inmigrantes”.

La joven poblana manifestó que su temor y el de muchos latinos que van al restaurante ha ido creciendo por la percepción que la administración federal está edificando de los inmigrantes y el efecto que puedan tener nuevas leyes, como la ley Riley, firmada recientemente por el presidente Trump, que permite deportar a indocumentados solo con acusaciones sin necesidad de probar en juicio que son culpables.

“Con esas leyes, ahora si que, simplemente por pensar que uno cometió un delito, ya te pueden arrestar. Por eso, yo estoy a tal punto que digo: ‘no toquen nada en las tiendas’, porque se pueden meter en problemas. Mi nueva regla es que si voy a la tienda no toco nada si no voy a comprar para que no piensen que estoy agarrando algo y me acusen. Es una paranoia’, dijo la mexicana.

Y sobre su futuro, la “Dacamentada”, quien estudió sicología en Hunter College y aspira a ir a la escuela de medicina, quiso ponerle el pecho a los ataques provenientes de la administración Trump mostrando que gracias a la protección que le ofrece DACA es útil no solo para la economía sino para generar empleo.

Clientes de San Jerónimo, en Staten Island.

“El presidente Trump debe saber que la mayoría de quienes tienen DACA son personas como yo, negociantes o profesionales, que llevan toda su vida solamente conociendo este país. Esto es todo lo que conocemos, ayudamos a la economía y estamos aquí no como criminales ni pidiendo nada, sino con ganas de trabajar y echarle ganas al país”, dijo Sarahi, quien abrió el negocio junto a su papá en el 2014, un año después de haber obtenido DACA, y quien tiene un mensaje claro para el Presidente.

“Yo soy americana de corazón, tal vez en papeles no, pero soy de aquí. Estoy aquí para mejorar. El inglés es el idioma que más manejo. Domino el inglés, no tanto el español, a veces me trabo un poco y le digo a Trump que nos de una vía, una seguridad para tener un estatus permanente que nos permita seguir adelante para poder ser exitosos y seguir contribuyendo a la economía”, destacó la portadora de DACA.

Datos sobre DACA

  • 21,270 se estima es el número de neoyorquinos cobijados con DACA
  • 56,000 es la cifra total de quienes pudieran haberse beneficiado en NY
  • Cada 2 años los beneficiarios de DACA deben solicitar su renovación
  • 538,000 inmigrantes están cobijados por DACA en todo el país
  • 81% de ellos son mexicanos
  • 26 de febrero de 2025 legisladores demócratas reintrodujeron un proyecto de ley para legalizar de manera permanente a beneficiarios de DACA
  • Para recibir información y apoyo legal, puede llamar a la línea de la Oficina de Asuntos de Inmigración de la Alcaldía (MOIA) al 1 (800) 354-0365
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