Por noveno año consecutivo los estudiantes, sin un hogar estable en la Gran Manzana, rompen la barrera de los 100,000
Viviendo en un refugio municipal en Manhattan, desde principios de año, la colombiana Martha Sequera y sus dos niñas, han tenido que mudarse tres veces. Todo ha significado cambios de planteles, de condados y también semanas completas, en donde sus hijas estudiantes de primaria, no pudieron ir a la escuela.
“Es demasiada inestabilidad. Es un proceso muy tenaz, en donde a veces la educación tristemente queda en un segundo plano. Ya llegará el momento en que todo sea normal”, comentó la migrante, quien vino desde Buenaventura el año pasado.
Los datos publicados este lunes por Advocates for Children of New York (AFC) muestran que la experiencia de Martha, no es un hecho aislado: más de 146,000 estudiantes de la ciudad de Nueva York (aproximadamente uno de cada ocho niños matriculados en las escuelas públicas) experimentaron falta de vivienda durante el año escolar 2023-24. Esto se traduce en más del 23% que el año anterior.
De esta población escolar, el 54% vivía “con una sola persona” o compartían temporalmente la vivienda con otros debido a la pérdida de la vivienda o a dificultades económicas, y el 41 % (más de 60,000 estudiantes) pasaron tiempo en refugios de la ciudad.
“Es inconcebible que, año tras año, decenas de miles de estudiantes, no tengan un hogar permanente”, dijo Jennifer Pringle, directora del proyecto de estudiantes en viviendas temporales de AFC. “Si bien la Ciudad trabaja para ayudar a las familias a encontrar una vivienda permanente, también debe centrar más su atención en ayudar a los estudiantes a tener éxito en la escuela”.
No rinden
Los nuevos datos, obtenidos del Departamento de Educación del Estado de Nueva York (NYSED) por AFC, muestran que la cantidad de estudiantes en viviendas temporales aumentó el año pasado, en relación con 2022-23, en cada uno de los 32 distritos escolares comunitarios de la ciudad.
Al igual que en años escolares anteriores, los estudiantes que experimentaron la falta de vivienda se concentraron particularmente en el Alto Manhattan, el suroeste de El Bronx y partes del noreste y centro de Brooklyn.
Tanto en El Bronx como en Manhattan, casi uno de cada seis estudiantes, no tenía un lugar al cual llamar hogar.
Como es predecible, derivado de este análisis, se concluye que “los estudiantes bajo esta condición, y muy especialmente aquellos que viven en refugios, enfrentan enormes obstáculos para tener éxito en la escuela”.
Por ejemplo, en 2022-23 (el año más reciente para el que hay datos disponibles): la mitad de todos los estudiantes en viviendas temporales y el 67% de los estudiantes en refugios estuvieron ausentes crónicamente. Lo que significa que perdieron al menos uno de cada diez días de escuela.
Además, el índice de competencia en lengua y literatura inglesa (ELA), de los estudiantes de 3.º a 8.º grado, moradores de viviendas temporales, fue más de 20 puntos porcentuales inferior, al de los estudiantes que viven en viviendas permanentes.
Los alumnos que viven en albergues, abandonaron la escuela secundaria, a un ritmo tres veces superior al de sus compañeros, que viven en viviendas permanentes.
Estas disparidades, en los resultados académicos, junto con el aumento continuo del número de estudiantes que no tienen hogar, subrayan la necesidad a juicio de los activistas de AFC, de aumentar la financiación para satisfacer las necesidades de estos estudiantes.
El umbral de los 100,000
Como se describe en este informe, 2023-24 fue el noveno año escolar consecutivo, en el que se identificó a más de 100,000 estudiantes como personas sin hogar. Esto significa, que los niños que estaban en el jardín de infantes, el primer año en que la Gran Manzana alcanzó el umbral de 100,000 estudiantes sin vivienda estable, ahora están comenzado la escuela secundaria.
Se trata de acuerdo con los balances de esta organización, del único sistema escolar conocido en el país, en donde hay más estudiantes, sin ninguna estabilidad de vivienda, lo cual cubriría el total de asientos en el Yankee Stadium y el Citi Field.
Este número récord está asociado, entre otros muchos factores, con la crisis migratoria que desde la primavera de 2022, trajo a la Gran Manzana miles de familias que solicitaron vivir en refugios.
Como ha considerado la contraloría municipal, cuando el año pasado se impuso el nuevo límite para las estadías en refugios de familias migrantes, la inestabilidad escolar para miles de niños también empezaría a abultarse.
En teoría, el número de alumnos en situación de inestabilidad, podría ser más severa en este año escolar 2024-2025.
Particularmente para las familias migrantes recién llegadas, con niños, pesa ahora la regla municipal extendida y más severa de 60 días, que obliga a quienes viven en refugios administrados por la Ciudad, explorar otras opciones de vivienda o aplicar para otro “shelters”, que necesariamente no se asigna en el mismo condado.
Eso significa, que en teoría, la distancia del nuevo alojamiento y el plantel pasa a ser un reto para este grupo de estudiantes, padres y representantes. La proyección de la contraloría municipal, es que en este año escolar que arrancó en septiembre, cada familia de migrantes con estudiantes, que se encuentran bajo el cuidado municipal, deberá realizar un promedio de cinco cambios, sino logran independizarse financieramente.
También se muestra una tendencia en donde más del 80% de las familias, deben abandonar las comunidades en donde se encuentra su centro escolar.
Aunque la norma eximía inicialmente a las familias migrantes que se encontraban en refugios operados por el Departamento de Servicios para Personas sin Hogar (DHS), la administración de Adams obtuvo en agosto permiso de la Oficina de Asistencia Temporal y para Discapacitados del Estado de Nueva York, para comenzar a desalojar a los aproximadamente 30,000 padres e hijos que viven también en estas instalaciones municipales.
“Como migrante que vienes a empezar desde cero, no es posible que pienses que a los meses vas a tener casa y trabajo. Todo es un proceso. Nueva York nos ha ayudado mucho. Si mi niña se va a retrasar un año en la escuela, mientras nos estabilizamos, se entiende. En Venezuela que era mi propio país, a veces no la podía mandar a la escuela, porque no había ni para la comida, ni el pasaje. Ella en total ha perdido como dos años de escuela”, relató una madre soltera suramericana, quien llegó hace siete meses. Tiene ese mismo tiempo viviendo en un albergue en Queens. Y no tiene expectativa cercana de poder salir del sistema de albergues municipales.
Se requieren más recursos
El estado de Nueva York está reexaminando actualmente la fórmula de ayuda de la fundación que determina la cantidad de financiación por alumno, que reciben los distritos escolares de Albany, y que no se ha actualizado en más de 15 años.
Entre otros cambios a la fórmula, que ahora está obsoleta, más de 115 organizaciones, la Federación Unida de Maestros (UFT) y la propia NYCPS, están pidiendo que se añada más recursos para los estudiantes que viven en viviendas temporales.
“El número de estudiantes sin hogar, se ha disparado en la última década, pero en este momento, los distritos no reciben fondos adicionales por alumno del Estado, para ayudar a satisfacer las necesidades educativas de los estudiantes en viviendas temporales”, dijo Kim Sweet, directora ejecutiva de Advocates for Children of New York.
AFC expone como solución, que la Ciudad tome medidas para abordar las demoras en la organización del transporte escolar, garantizar que las familias sean ubicadas en refugios cerca de las escuelas de sus hijos, abordar la escasez de personal y eliminar los límites de 60 días en los albergues.
Según el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York (DOE), esta agencia emplea actualmente a más de 100 coordinadores comunitarios que trabajan con estudiantes en viviendas temporales, sumados a los 160 enlaces comunitarios en refugios.
La portavoz del DOE, Chyann Tull, dijo a la publicación Chalkbeat que “la Ciudad seguía comprometida con el apoyo a los estudiantes en viviendas temporales, a través del apoyo en el campo y la inscripción, servicios de transporte, asesoramiento, asistencia para la inmunización y apoyo académico”.
“Estamos orgullosos de brindar estrategias de apoyo a la asistencia que permiten a los distritos y las escuelas brindar a las familias acceso a alimentos, ropa, suministros de higiene y servicios de salud”, aseguró la funcionaria.