Este intento de una “gran transformación partidaria” trae a coalición el VI Congreso Profesor Juan Bosch, realizado en el 2000, el cual fue la última vez que el PLD hizo cambios significativos
Luego de que en las elecciones congresuales y presidenciales el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tuviera uno de sus peores desempeños electorales en su historia partidaria, al sacar un 10.4% a nivel presidencial y no obtener ningún representante en el Senado, su plana mayor decidió que era momento de realizar cambios en su estructura.
Tras una reunión de su comité político a inicios de junio, el PLD informó que adelantarían la organización de su décimo congreso para de esa forma reestructurar los organismos del partido, además de un presidente y un secretario general; al termino de ese encuentro fue comunicado que ni el exmandatario Danilo Medina, ni el exlegislador Charlie Mariotti, se repostularían a sus cargos de presidente y secretario general del partido, puestos que ocupan desde el 2020.
Esos aires de renovación y reencause del expartido oficialista han sido compartidos por varios de sus miembros, como Juan Ariel Jiménez, José Dantes, Víctor Fadul, entre otros que incluso han establecido que esa reestructuración debe de ser una “verdadera” que reencause las estrategias desde “lo más bajo de la organización, hasta lo más alto”:
Este intento de una “gran transformación partidaria” trae a colación el VI Congreso Profesor Juan Bosch, realizado en el 2000, el cual fue la última vez que el PLD hizo cambios completos tanto a su estructura como a su funcionamiento al interno del partido, pero de igual forma hacia lo externo.
El congreso se realizó justo después de que perdieran el poder en mayo de ese año, luego de que Hipólito Mejía y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) vencieran en ese torneo electoral al entonces candidato presidencial, Danilo Medina.
El PLD salía en esa oportunidad de su primer gobierno, presidido por Leonel Fernández y correspondiente al periodo 1996-2000, con varios casos de corrupción administrativa, como lo fue el caso del Programa Eventual Mínimo de Empleo (PEME), donde varios funcionarios de esa gestión fueron acusados de estafar al Estado con RD$1,427 millones.
Eso sumado a que su fundador y líder, Juan Bosch, se había retirado de la vida política y a un mote de “come solos”, que al ser acuñado por Joaquín Balaguer, impactó en la imagen externa del partido, por lo cual deciden realizar “transformaciones” para establecerse como una “maquinaria política” de cara a las elecciones municipales y congresuales que se realizaría en mayo del 2002.
En ese congreso, de las primeras medidas adoptadas fue variar los requisitos para ser miembro activo del partido de la estrella amarilla señalando que para ser parte de las filas moradas ya no habría que pasar por los círculos de estudios, eliminando los mismos en la práctica, antes de ingresar a los comités de base. Esa decisión sirvió para “abrir el partido” y aumentar la matrícula de personas empadronadas en el mismo.
En esos términos de “masificar el partido”, los miembros activos en el momento fueron llamados cada uno a crear sus propios comités de base, que tendrían entre 15 y 31 miembros; además de la creación de las direcciones municipales y distritales.
Otra medida que se adoptó fue reformular su comité central, aumentando la matrícula de ese organismo y sometiendo a votación todos los puestos del mismo. La votación fue convocada para que todos los entonces empadronados a nivel nacional eligieran todos los miembros, por lo que de acuerdo a los registros periodísticos de la época reseñan que todos los candidatos tuvieron que hacer campaña en todo el país para resultar electos.
Una vez establecidos, esos miembros del comité central votaron para elegir a los 27 integrantes de un ampliado comité político, otras de las medidas adoptadas durante el congreso. En esa oportunidad ingresaron a ese organismo José Ramón Fadul, Bautista Rojas Gómez, Franklin Almeyda (retornando), Radhamés Segura, Francisco Javier García, César Pina Toribio y Cristina Lizardo.
Otra medida tomada fue que quienes formen parte del comité político no podrían ejercer funciones públicas, sin incluir cargos electivos, dentro del Poder Ejecutivo.
Los resultados de esa renovación fueron vistos en las elecciones presidenciales del 2004, cuando Leonel Fernández retornó a la presidencia tras obtener un 57.11% y dejar en el camino al PRD y a Hipólito Mejía. Mientras que las congresuales y municipales del 2006 tomaron 96 de 178 escaños disponible entonces en la Cámara de la Diputados y ganaron 22 de las 32 senadurías; así como la mayoría de las alcaldías disputadas.
A partir de esos dos procesos electorales, el PLD quedó establecido como el principal partido del sistema político de la República Dominicana.
El partido morado se embarca en este proceso de reestructuración y transformación en búsqueda de repetir esos resultados. El PLD viene de sacar un 62% en el nivel presidencial en las elecciones del 2016, eso se redujo a un 32% en 2020 y hasta caer al 10% de este año.