Harris reconoció la «montaña rusa» que han vivido en las últimas semanas, pero expresó confianza en su nuevo equipo de campaña
La vicepresidenta Kamala Harris obtuvo el respaldo de más de dos terceras partes de los delegados demócratas que necesita para conseguir la nominación presidencial del Partido Demócrata e impuso un récord de donaciones de campaña el lunes en sus primeras 24 horas como precandidata a la presidencia. En tanto, demócratas de alto nivel le ofrecían su apoyo en su intento por derrotar al candidato republicano Donald Trump.
Con el objetivo de dejar atrás semanas de drama intrapartidista sobre la candidatura del presidente Joe Biden, destacados funcionarios demócratas, líderes del partido y organizaciones políticas se unieron rápidamente en torno a Harris. Las preocupaciones sobre la aptitud de Biden para el cargo fueron reemplazadas con nuevas señales de unidad tras un cambio radical en la contienda presidencial que trastocó los planes cuidadosamente perfeccionados de los dos principales partidos políticos rumbo a las elecciones de 2024.
En declaraciones ante el personal de su campaña en Wilmington, Delaware, Harris reconoció la «montaña rusa» que han vivido en las últimas semanas, pero expresó confianza en su nuevo equipo de campaña.
«Es mi intención ganarme esta nominación y salir victoriosa», señaló. Prometió «unir a nuestro Partido Demócrata, unir a nuestra nación y ganar estas elecciones».
Rápidamente tocó los temas primordiales en su campaña contra Trump en los próximos 100 días, poniendo en contraste su época como fiscal con las condenas contra Trump por delitos graves. «Conozco el tipo de Donald Trump«, comentó— proyectándose como una defensora de la oportunidad económica y del acceso al aborto.
«Nuestra lucha por el futuro es también una lucha por las libertades», afirmó. «La estafeta está en nuestras manos».
El presidente Biden se unió a la reunión mediante una llamada desde su casa en Rehoboth Beach, Delaware, donde se recupera de COVID-19, para brindar su apoyo a Harris. Tenía planeado hablar sobre su decisión de abandonar la contienda en un discurso a la nación en los próximos días.
«El nombre en la parte superior de la boleta ha cambiado, pero la misión no ha cambiado en lo absoluto», dijo Biden en sus primeras declaraciones públicas desde que anunció su decisión, prometiendo que «no iré a ningún lado» y que planea hacer campaña a nombre de Harris.
Sobre su decisión de abandonar su campaña de reelección, Biden comentó que «era lo correcto».
Al pasarle la estafeta del liderazgo a Harris, Biden añadió: «Te estoy observando, muchacha. Te quiero».
El retiro de Biden deja a sus delegados libres para votar por quien quieran en la convención del próximo mes. Y Harris, a quien Biden respaldó después de poner fin a su candidatura, empezó a realizar labores de inmediato para conseguir el respaldo de la mayoría.
Entre las figuras políticas más prominentes que anunciaron su respaldo el lunes se incluye al gobernador de Maryland, Wes Moore; la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer; el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker; y el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, lo que redujo la lista de posibles rivales de Harris.
La presidenta emérita de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien había sido una de las personas que se abstuvieron de expresar su apoyo a Harris, inicialmente impulsando la idea de una contienda primaria para consolidar al eventual nominado, dijo el lunes que estará brindando su «apoyo entusiasta» al esfuerzo de Harris por liderar al partido.
Más de 1,300 delegados comprometidos han comentado a The Associated Press o anunciado que planean apoyar a Harris en la convención. El umbral para obtener la nominación es de 1,976 delegados , según las normas del Comité Nacional Demócrata.
Obtener la nominación es solamente el primer paso en una extraordinaria lista de pendientes políticos a la que se enfrenta Harris después de la decisión de Biden, de lo que se enteró en una conversación telefónica con el presidente el domingo por la mañana. Si logra asegurar la nominación, también debe elegir un compañero de fórmula y poner en marcha una enorme operación política para impulsar su candidatura en lugar de la de Biden cuando faltan poco más de 100 días para las elecciones.
El domingo por la tarde, la campaña de Biden cambió formalmente su nombre a «Harris para Presidenta», lo que refleja que es ella quien hereda una operación política de más de 1.000 colaboradores y un fondo que ascendía a casi 96 millones de dólares a finales de junio. Añadió 81 millones de dólares a ese total en las primeras 24 horas desde que Biden le dio su respaldo, informó su campaña, un nuevo récord de recaudación presidencial, provenía de más de 888,000 donantes.
La campaña también experimentó una oleada de interés tras el ascenso de Harris, con más de 28,000 nuevos voluntarios registrados desde el anuncio, un ritmo más de 100 veces superior al promedio diario de la anterior campaña de reelección de Biden, lo que pone de manifiesto el entusiasmo en torno a Harris.
Harris ha pasado gran parte de su tiempo haciendo más de 100 llamadas a funcionarios demócratas para conseguir el apoyo para su candidatura, según una persona familiarizada con el asunto y que habló bajo condición del anonimato. Está tratando de que su partido deje atrás las dolorosas disputas públicas que definieron las semanas posteriores al desastroso desempeño de Biden en el debate con Trump el 27 de junio.
En sus conversaciones con la cúpula del partido, Harris expresó su gratitud por el respaldo de Biden, pero insistió en que buscaba ganarse la nominación por derecho propio, de acuerdo con la persona.
En una muestra de que el Partido Demócrata se estaba uniendo en torno a ella, Harris obtuvo rápidamente el apoyo de los líderes de varios grupos y organizaciones políticas influyentes, como el AAPI Victory Fund, el cual se enfoca en los votantes asiático-americanos y de las islas del Pacífico, The Collective PAC, que se centra en el fortalecimiento del poder político negro, y el Latino Victory Fund, así como de los presidentes de las bancadas progresistas, hispanas y negras en el Congreso. En caso de ganar las elecciones, Harris se convertiría en la primera mujer y la primera persona de ascendencia sudasiática en ser presidenta.
Cabe destacar que un puñado de hombres que ya se habían barajado como posibles compañeros de fórmula de Harris —el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro; el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, y el senador de Arizona, Mark Kelly— también emitieron rápidamente comunicados expresándole su apoyo. Asistentes de Shapiro y Cooper confirmaron que Harris habló con ellos el domingo por la tarde. En su breve llamada con Cooper, el gobernador de Carolina del Norte le dijo a Harris que la apoyaba para ser la candidata demócrata, según la portavoz de Cooper, Sadie Weiner.
Sin embargo, el expresidente Barack Obama se abstuvo de dar su apoyo inmediato, ya que algunos en el partido han expresado su preocupación de que el rápido cambio a Harris pueda parecer una coronación, y en su lugar prometió su respaldo al eventual candidato del partido.
El senador de Virginia Occidental, Joe Manchin, quien abandonó al partido hace unos meses pero sopesó la posibilidad de volver a registrarse como demócrata para competir por la nominación contra la vicepresidenta, dijo el lunes a CBS News que no se postularía.
En una muestra sobre cómo tendrá que equilibrar su trabajo diario y su nuevo papel como contendiente a la candidatura, Harris hizo su primera aparición pública el lunes por la mañana en la Casa Blanca, donde abrió su discurso ante los equipos campeones de atletismo universitario elogiando el «inigualable» legado de Biden, diciendo que estaba «profundamente agradecida por su servicio a nuestra nación».
La Convención Nacional Demócrata está programada para celebrarse del 19 al 22 de agosto en Chicago, pero el partido anunció que llevaría a cabo una votación a distancia para nominar formalmente a Biden antes de que empezaran los procedimientos presenciales. El comité de normas de la convención tiene previsto reunirse esta semana para finalizar su proceso de nominación y de momento no está claro cómo lo ajustarán ahora que Biden abandonó la contienda.
La presidenta de la bancada legislativa hispana, Nanette Barragan, quien enfatizó su apoyo «total» a la vicepresidenta, dijo que habló el domingo con Harris, quien le comunicó que prefería renunciar a una votación virtual para el proceso de nominación y en su lugar celebrar un proceso que se adhiera al orden regular.
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, dijo en un comunicado que el partido «emprenderá un proceso transparente y ordenado» para seleccionar a «un candidato que pueda derrotar a Donald Trump en noviembre».