El alcalde Adams anunció la fase final del proyecto de reparación del Acueducto de Delaware, que evitará que 35 millones de galones de agua se pierdan
“Nuestra agua del grifo es la envidia de todo el mundo (…) mil millones de galones de agua potable (se consumen) todos los días en la ciudad de Nueva York. Pero durante los últimos 30 años, el acueducto de Delaware, el túnel más grande del mundo, ha tenido una fuga”.
Con estas palabras el alcalde, Eric Adams, graficó la problemática que existe actualmente en la infraestructura que desde el norte transporta el agua potable a la Gran Manzana, y que debido a escapes hace que cada día alrededor de 35 millones de galones de agua cada día se filtran al suelo, lo que pone en riesgo el suministro para el futuro, por lo que anunció la última fase del megaproyecto de $2,000 millones para cerrar las filtraciones del preciado líquido.
El anuncio lo hizo este lunes el mandatario, quien desde Queens reveló que el proyecto, que duró dos décadas, garantizará que haya un suministro duradero de agua potable para los neoyorquinos en los próximos años.
“El escape de agua es suficiente para llenar 50 piscinas olímpicas todos los días o casi 20,000 piscinas olímpicas al año. Es mucha agua, es un gran problema”, dijo el mandatario local, al referirse a los beneficios que logrará el proyecto que busca reparar la fuga y asegurar el futuro del suministro de agua, conectando un túnel de derivación a lo largo del acueducto de Delaware, localizado a 600 pies debajo del Río Hudson.
“Tiene 2.5 millas de largo y costó más de $2,000 millones construirlo, lo que lo convierte en el proyecto de reparación más grande de la historia. En los próximos meses, nuestro equipo de ingenieros del DEP drenará el acueducto y conectará ambos extremos del túnel de derivación al acueducto principal”, agregó el burgomaestre, al tiempo que advirtió, mientras probaba el agua, que el líquido tendrá un sabor y un olor un poco diferente, debido a un nuevo sistema de purificación con carbón activado granular.
“Algunos de ustedes no lo notarán, pero otros sí. Pero aún es agua segura para beber. No puedo sentir su sabor. No podrán detectarlo. Algunos neoyorquinos lo harán, pero sigue siendo agua perfectamente segura y de buena calidad”, recalcó Adams.
El comisionado del Departamento de Protección Ambiental (DEP), Rohit Aggarwala, aseguró que durante los últimos 11 años, la Ciudad ha estado construyendo un túnel de derivación de 2.5 millas alrededor de una fuga de agua cerca de Newburgh y otra fuga en el condado de Ulster; con la meta de sellarlas pronto.
“Casi 10 millones de neoyorquinos cuentan con nosotros para brindarles agua de alta calidad todos los días del año, sin falta. Continuaremos haciéndolo durante esta compleja reparación y nos aseguraremos de cumplir con esa misión esencial para las generaciones futuras”, dijo el funcionario, recalcando que habrá quienes noten un sabor distinto mientras se culminan las reparaciones. “Al igual que las diferentes marcas de agua embotellada tienen un sabor un poco diferente, también lo tienen nuestros diferentes depósitos. Si bien algunos residentes pueden notar una diferencia temporal y sutil en el sabor o el aroma durante las reparaciones a medida que cambiamos nuestra famosa mezcla, nuestra agua sigue siendo limpia y segura para beber”.
La vicealcaldesa de Operaciones de la Ciudad, Meera Joshi, aseguró que las obras son testimonio fiel de la manera en que la administración municipal funciona, y cómo garantiza que los neoyorquinos no padezcan necesidades futuras en materia de suministro de agua.
“Tenemos el mejor sistema de agua del país. Tenemos la mejor agua del país. Nuestro sistema se construyó en el siglo XIX. El agua se purifica por gravedad y por la naturaleza, y permite a los neoyorquinos disfrutar de mil millones de galones de agua cada día”, dijo la funcionaria. “Su único defecto es que tiene una pequeña fuga, especialmente en el acueducto de Delaware, el túnel más grande del país. Pero no es tan sencillo como arreglar el grifo. Hay 19 embalses que conforman nuestro sistema, tres lagos, y todos ellos funcionan juntos. Así que han sido necesarios 20 años de planificación, 20 años de ingeniería, 20 años de genio de la ingeniería para traernos a este momento. Y al igual que nuestra agua, la ciudad de Nueva York seguirá funcionando”.
De acuerdo al DEP, ese organismos administra el suministro de agua de aproximadamente 1,100 millones de galones de alta calidad cada día, utilizada por unos 10 millones de residentes, incluidos 8,3 millones en la Gran Manzana, en una infraestructura de aproximadamente 11,200 kilómetros de tuberías, túneles y acueductos.
El concejal James Gennaro aprovechó el anuncio para pedir a los neoyorquinos que beban agua del grifo, pues recalcó que no es necesario usar agua embotellada.
“No beban agua embotellada. No la necesitamos. Tenemos la mejor. Tengo mi pequeño recipiente. Siempre traten de mantenerse hidratados. Hay tantas cosas maravillosas de las que podríamos hablar sobre la cuenca hidrográfica y vamos a mantener nuestra determinación de evitar que se filtre el agua”, dijo el político. “Muy pocas cuencas hidrográficas en el país tienen ese nivel de pureza que pueden mantenerse aquí”.
Por otro lado, y en otro anuncio relacionado con infraestructura, este lunes la Ciudad de Nueva York reveló el inicio de un programa de rediseño de la calle 96, que mejorará el espacio para autobuses y la seguridad para peatones. Las obras se llevarán a cabo entre las avenidas West End y Segunda, con nuevos carriles, beneficiando a unos 15,500 pasajeros que dependen de esas rutas viales.
“Los carriles para autobuses son una de las mejores formas de acelerar el servicio, y los nuevos carriles para autobuses en la calle 96 reducirán los tiempos de espera y mejorarán el servicio para 15,500 pasajeros de los días de semana. Estas mejoras harán que los viajes diarios sean más rápidos, más confiables y más seguros para todos”, aseguró el Comisionado del Departamento de Transporte de la Ciudad de Nueva York, Ydanis Rodríguez. “Al mejorar la infraestructura para autobuses y peatones, también estamos garantizando que los viajeros de Manhattan puedan llegar a sus destinos más rápido y más seguro. Los pasajeros de autobús merecen un servicio confiable para pasar menos tiempo viajando y más tiempo con sus seres queridos o en citas importantes”
La agencia de Transporte municipal explicó que para mejorar el servicio de autobús, se implementará un carril desviado o junto a la acera en cada dirección entre West End Avenue y Central Park West, y entre Madison Avenue y la Segunda Avenida.
“Estos cambios mejorarán la velocidad y la confiabilidad de los autobuses al mantener el carril libre de vehículos estacionados o detenidos, al mismo tiempo que se mantiene el acceso a la acera para estacionamiento, carga de camiones y descenso/recogida de pasajeros”, dijo esa agencia. “El Departamento de Transporte de la Ciudad de Nueva York implementará Zonas de carga vecinal durante el día para facilitar mejor el acceso a la acera para entregas y vehículos de servicio. El diseño también garantiza que el flujo de tráfico para otros vehículos no se vea afectado”.