Cada año arden vastas áreas de bosques y pastizales en California, lo que causa millones de dólares en destrucción y, en ocasiones, cuesta muchas vidas.
La contaminación provocada por los incendios forestales en el estado de California mató a más de 52.000 personas en una década, afirmó el viernes un nuevo estudio, en momentos en que el oeste de Estados Unidos se prepara para un verano boreal caluroso que amenaza con alimentar los incendios.
Cada año arden vastas áreas de bosques y pastizales en California, lo que causa millones de dólares en destrucción y, en ocasiones, cuesta muchas vidas. Pero los expertos aseguran que las partículas liberadas por los incendios tienen un efecto devastador en las poblaciones locales que supera con creces el número de muertes directamente atribuibles a ellas.
Un estudio dirigido por la Rachel Connolly, científica de la Universidad de California en Los Ángeles, encontró que estas pequeñas partículas contaminantes transportadas por el aire, conocidas como PM2,5 -porque miden 2,5 micrómetros o menos-, están matando a un gran número de personas.
Su equipo analizó datos de 2008 a 2018 y aisló la cantidad de PM2,5 liberadas específicamente por los incendios forestales, a diferencia de la generada por otras fuentes, como las emisiones de los vehículos de transporte y la manufactura.
Descubrieron que al menos 52.480 muertes prematuras podrían atribuirse a esta contaminación específica. El coste del tratamiento de las personas afectadas por los contaminantes se calculó en 432.000 millones de dólares.
«La importancia del control de los incendios forestales crecerá en las próximas décadas a medida que la aridificación se intensifique con el cambio climático y más regiones sean susceptibles a los incendios», subrayaron los investigadores en su artículo, publicado el viernes por Science Advances.
«Estos hallazgos tienen implicaciones directas para California, un estado a la vanguardia del desarrollo de políticas climáticas con muchas regiones propensas a incendios y una fauna diversa que proteger», agregaron.
El estudio se divulga cuando gran parte de este estado y otras partes del oeste americano están sufriendo temperaturas sofocantes inusuales bajo la primera ola de calor del año.
Temperaturas de hasta 49º grados Celsius abrasaron por ejemplo la región desértica denominada Valle de la Muerte el jueves, mientras que en Las Vegas se llegó a los 44º C.