Uno de cada tres estudiantes de Nueva York dejó de asistir a sus clases de forma “crónica”

Alumnos de secundaria que están aprendiendo inglés e hispanos que viven en sectores pobres acumulan más inasistencias

Nuevos datos revelan que el sistema escolar público de Nueva York no se ha recuperado del todo de la pandemia de COVID-19. Un informe de la contraloría estatal pone varias alertas por el preocupante ausentismo: se comprueba que durante el año escolar 2022-23, uno de cada tres estudiantes, dejó de ir al aula, por periodos que se califican como muy largos.

El Departamento de Educación de los EEUU define el ausentismo crónico, como la proporción de estudiantes que faltan al menos el 10% de los días del calendario escolar, (normalmente 18 días) por cualquier motivo, justificado, injustificado o por razones disciplinarias.

El estado de Nueva York excluye las suspensiones y las ausencias médicas prolongadas del cálculo del ausentismo.

“Estos estudiantes que faltan crónicamente al aula a menudo se quedan atrás. Eso explica los resultados de las pruebas de rendimiento estatal. Los distritos escolares deben involucrar a estudiantes y familias, para revertir esta tendencia preocupante”, dijo el contralor de Nueva York, Thomas P. DiNapoli.

Como suele ser históricamente, las disparidades raciales también entran en esta cuenta. Los estudiantes de secundaria asiáticos y blancos, tienen tasas de asistencia mucho más altas, que los estudiantes hispanos o latinos y los estudiantes negros o afroamericanos. Con 43% y 46.7%, respectivamente, del total de alumnos que tuvieron marcadas ausencias en este ciclo escolar.

Y como es predecible, los niños y adolescentes de los vecindarios más pobres, quienes están aprendiendo inglés y los discapacitados, faltaron a sus clases, más que cualquier otro grupo.

A veces los padres ni saben
Las escuelas secundarias de la Gran Manzana, tuvieron una elevadísima tasa de ausentismo crónico, por lo menos un promedio del 43,1% de los estudiantes, no acudieron a los planteles por varios días del calendario en el año escolar 2022-2023.

La perspectiva es que no necesariamente en el último periodo de clases 2023-2024, el nivel de asistencia haya aumentado considerablemente. Todavía se están analizando los datos.

El inmenso ecosistema del distrito escolar de la ciudad de Nueva York, el más grande y diverso del país, reúne a más de 1 millón de alumnos.

“Cuando se analicen los números más recientes del 2024, entonces tendremos que aceptar que el sistema está en emergencia. Y en lo personal, luego de 12 años de servicio, no recuerdo tantas ausencias de estudiantes. Muchas veces, he observado que no son problemas graves, sino que los padres no le hacen seguimiento a sus hijos. Trabajan tanto, que se imaginan que el joven está en la escuela”, compartió como experiencia personal, un docente puertorriqueño de una escuela pública Harlem, quien prefirió no revelar su identidad.

Otro maestro de una escuela secundaria de El Bronx, de forma confidencial, indicó que en su plantel se toman en serio las ausencias. Se trata de tener en lo posible, una comunicación directa con los padres y representantes, para validar respetuosamente las versiones de los estudiantes, de por qué tienen secuencias tan repetidas de ausencias.

“Hay casos, que ciertamente, hay dramas familiares de desalojo de vivienda, de violencia intrafamiliar que trastornan la posibilidad y las ganas de que un muchacho vaya a un aula. Pero también hay casos, en que los jóvenes faltan y los padres están tan ocupados, que ni se dan cuenta. Por eso, la relación de la escuela y los docentes con la familia, en este caso es muy importante”, comentó a El Diario el docente de origen hispano.

Ambos educadores consultados, coinciden en que este “control y seguimiento” más eficiente de las razones del ausentismo escolar, sólo es posible en centros escolares de baja densidad de estudiantes por aula.

“¡Cuando hay sobrepoblación en un salón, olvídate!”, remató un maestro.

Después de la pandemia
Las escuelas públicas de Nueva York se vieron obligadas a pasar rápidamente al aprendizaje remoto, cuando la pandemia, afectó la vida diaria en marzo de 2020 y durante el año escolar 2020-21.

Como profundiza el informe de la contraloría, estos distritos escolares continuaron utilizando una combinación de formatos remotos, presenciales e híbridos: el 61% de los estudiantes estaban completamente a distancia, el 38% en persona y el 1% en híbrido.

Mientras los padres, los estudiantes y el personal escolar, lidiaban con los efectos del virus y su impacto en el aprendizaje, el ausentismo crónico aumentó al 24.1% en el año escolar 2020-2021 en contraste con el 18.6% en el año escolar 2018-19.

Cuando la instrucción completamente presencial regresó en el año escolar 2021-22, las inasistencias aumentaron aún más, con un 32.6% de estudiantes crónicamente ausentes, un aumento de 14 puntos porcentuales con respecto al año escolar 2018-19.

“En ese periodo de tiempo, en que se dejó abierta la posibilidad de clases híbridas, fue un desastre. Muchos jóvenes de secundaria, poco motivados con las clases, trataron de navegar con la opción de que podrían igual hacer las tareas en casa y no venir. Pero eso, se está normalizando”, expuso otro educador consultado.

Asimismo, el reciente análisis de datos divulgado esta semana por la contraloría estatal, demuestra que mientras la emergencia de salud pública permaneció vigente, muchos distritos escolares implementaron restricciones que impidieron que los estudiantes, que dieron positivo en la prueba de COVID-19 regresaran a la escuela por un período de tiempo.

“Estas restricciones probablemente tuvieron una influencia significativa en el aumento de las tasas de ausentismo crónico. Las tasas mejoraron en el año escolar 2022-23, pero se mantuvieron significativamente por encima de las tasas previas a la pandemia”, releva la investigación.

El plan de Nueva York
Aunque Nueva York había establecido inicialmente la meta a largo plazo, de reducir las tasas de ausentismo crónico, a no más del 5% de los estudiantes a nivel estatal en cada subgrupo, se suspendió esa meta en los años escolares 2022-23 y 2023-24, en respuesta al aumento de las tasas de ausentismo posterior a la pandemia.

El Departamento de Educación del estado de Nueva York (NYSED), ha propuesto eliminar la forma cómo se mide el ausentismo crónico en el calendario 2025-26, a favor de una forma de clasificación del índice de asistencia.

Precisamente para bordar este tendencia, recientemente se lanzó la iniciativa “Cada Estudiante Presente”, como una campaña de concientización pública para ayudar a los padres, el personal escolar y las comunidades, a comprender el impacto que tiene perderse lecciones con el maestro en el salón de manera tan frecuente.

De acuerdo con los propios reportes del estado de Nueva York, este plan arranca con la certeza de que el 30% de los estudiantes de Nueva York de 1.º a 8.º grado pierden el 10% o más de los días de clase.

Otra conclusión, es que el ausentismo crónico comienza ya en el preescolar. Y todo este panorama reduce la posibilidad de estos niños y jóvenes de tener éxito.

También las autoridades estatales, han recomendado que los distritos escolares reduzcan el ausentismo crónico, mediante la expansión de los programas de desayuno escolar, como un medio para que los estudiantes asistan a la escuela todos los días y a tiempo, entablando comunicaciones frecuentes y positivas con los padres y representantes.

“Hay tantas razones de inasistencias, que tratar de explicarlo en un listado simple, sería una salida muy simplista. Hay niños que están aprendiendo inglés que les da ansiedad ir al aula, otros buscan pretextos, porque son objetos del bullying, por muchas razones. Creo que la clave en el futuro, siempre pasará, por la reducción del número de estudiantes por aula. Así, cada maestro, puede tener una mejor compresión del grupo”, coincidieron supervisores escolares consultados.

Las historias de los recién llegados
De manera reciente, la crisis migratoria inyectó por lo menos 30,000 estudiantes a los distritos escolares de la Gran Manzana, los cuales por definición tienen un elevado nivel de inestabilidad. La principal es que se trata de familias, que no tienen un hogar estable.

Particularmente para las familias migrantes recién llegadas, con niños, pesa la regla municipal extendida y más severa de 60 días, que obliga a quienes viven en refugios administrados por la Ciudad, explorar otras opciones de vivienda o aplicar para otro “shelters”, que necesariamente no se asigna en el mismo condado.

Eso significa, que en teoría, la distancia del nuevo alojamiento pasó a ser un reto para este grupo de estudiantes, padres y representantes.

Con base a las proyecciones de la contraloría municipal, significaría un promedio de cinco cambios, en un año escolar, a los estudiantes recién llegados, que deban mantenerse bajo el cuidado municipal.

También se muestra una tendencia, en donde más del 80% de las familias deben abandonar las comunidades en donde se encuentra su centro escolar.

Sin embargo, a pesar de este panorama tan complicado, para este subgrupo de estudiantes, un supervisor escolar consultado de El Bronx, cuenta como anécdota, que ha observado en los recién llegados, especialmente en familias latinoamericanas, una gran preocupación porque “a pesar de situaciones terribles” sus hijos nunca dejen de asistir a recibir sus clases.

“Incluso el día en que se tienen que mover de refugio o de condado, lo notifican un día antes. Son interesantes las historias de cómo estas familias apuestan todo a la educación de sus hijos, a pesar de que posiblemente tienen las circunstancias más difíciles del mundo, porque para empezar, no tienen sitios estables en donde vivir”, agregó la fuente.

Cuentas alarmantes:
71.2% fue el promedio de los estudiantes de secundaria que están aprendiendo inglés, viven en localidades muy pobres o tienen discapacidades, que faltaron a clases de forma “crónica” en las ciudades más grandes de Nueva York, en el calendario escolar 2022-23.
13.4% fue el ausentismo en los distritos escolares menos vulnerables, lo que significa un aumento de 4.9 puntos con respecto al año escolar 2018-2019.
33% del total de alumnos de las escuelas secundarias en los distritos rurales más pobres, faltaron a las escuelas más de 18 veces en el periodo escolar 2022-23, un aumento de 10,1 puntos con respecto al año escolar 2018-2019.
40.9% de ausentismo se detectó en los distritos suburbanos con alta necesidad, en este mismo periodo de clases. Un aumento de 8,6 puntos con respecto al año escolar 2018-2019.

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